5 de Mayo esquina Altamirano La Paz, Baja California Sur.

SALA UNO Cedulario del Museo Regional de B.C.S.

Geología y Antropología Cédulas digitales.

Nacimiento de una nueva tierra

El Nacimiento de Una Nueva Tierra

Las piedras más antiguas de la península de Baja California pueden encontrarse en los peñascos volcánicos que se localizan en el desierto de El Vizcaíno, fechadas en 230 millones de años. Estos peñascos se encontraban sumergidos bajo el mar, ya que la península, tal como la vemos hoy, se formó a través de una serie de ascensos y descensos marinos provocados por la actividad volcánica que ocurría en los fondos del océano. Cuando esta actividad volcánica disminuyó, hace 12 millones de años, aquella gigantesca cuña de lava y granito permaneció de manera permanente sobre la superficie del mar. Después se produjo una lenta formación de los ambientes naturales que fueron conformando el rostro de una península con un gran número de penínsulas menores, islas y bahías deslumbrantes, así como fortines montañosos que se rompen donde comienzan los mares: el Pacífico y el Golfo de California. Así fue como se asentó el escenario natural que habían de encontrar los hombres y mujeres primitivos que llegaron la primera vez bordeando las costas orientales del continente. Esta sala narra cómo fue su vida cotidiana y la de las otras bandas primitivas que vivieron a lo largo de miles de años en las tierras peninsulares.

Los Fosiles

LOS FÓSILES

La península de Baja California emergió del mar desde hace 65 a 190 millones de años. Gran parte de las formaciones geológicas corresponden a las zonas que estaban sumergidas bajo las aguas. Esta columna de fósiles corresponde a la cuenca de San José del Cabo, la cual se formó en el Mioceno tardío, hace 11 millones de años. En ella, se han rescatado fósiles de ballenas, delfines, tiburones y moluscos. La otra columna reproduce la evidencia de la cuenca de San Juan de la Costa, la cual se formó en el Oligoceno, hace 29 millones de años. Ahí se han rescatado fósiles de ballenas con dientes, anteriores a las ballenas barbadas que existen en la actualidad. Por encima de este estrato se encuentra la capa Humboldt, en la que actualmente se explota la fosforita, y aún más arriba, las rocas de la formación Comondú, donde se localizan fósiles de origen terrestre.

Grandes Animales

GRANDES ANIMALES

Hace 2 millones de años había en la tierra mamíferos de gran tamaño como el mamut y el mastodonte. A ese tiempo se le ha llamado Pleistoceno. El hombre llegó a la Península al final de este periodo geológico y cohabitó con estos grandes animales, así como con el mayor carnívoro de los últimos 8 000 años, el oso gigante de hocico corto. También, al menos con tres especies de tigres dientes de sable, lobos de gran tamaño denominados “lobos terribles”, chettas y perezosos descomunales, así como con otros animales de menor tamaño: bisontes, caballos, cebras, camellos, tortugas, tapires y ciervos.

Las Primeras migraciones

LAS PRIMERAS MIGRACIONES

El planeta experimentó grandes enfriamientos que extendieron los hielos glaciares, al grado de que estos cubrieron, en diferentes momentos, el norte de los continentes, bajando con ello el nivel del mar hasta 120 metros. Durante la última era glacial, el hombre emigró hacia el continente americano, aprovechando que los descensos del agua generaban amplias llanuras hoy sumergidas bajo el Mar de Bering. El origen de estos hombres se ubica en el noroeste de Asia, cerca del lago Baikal (Rusia). Estas remotas migraciones de gente del tronco racial mongólico se extendieron luego hacia el sur y después de varios miles de años se introdujeron a la península de Baja California, en un periodo denominado Lítico o Paleoindio, entre los 33 000 y los 8 000 a. C. Los rastros más antiguos de presencia humana en la península corresponden a un sitio llamado Laguna de Chapala, fechados entre 12 260 a 270 a. C., aproximadamente, de donde se rescataron grandes herramientas de piedra. Otro sitio ubicado en Isla de Cedros fue fechado en 12 000 años. En ese periodo, el frío y la lluvia generaron tupidos bosques y extensas praderas, así como numerosas lagunas y ríos. En esos crudos ambientes, el hombre primitivo cazaba grandes animales y danzaba alrededor de fogatas en ofrenda a dioses de la fertilidad y a los astros de la bóveda celeste.

PRIMEROS HOMBRES
        EN LA PENÍNSULA

PRIMEROS HOMBRES EN LA PENÍNSULA

Para llegar a la península, los primeros hombres se desplazaron por la costa del Pacífico, a través de más de 6 000 kilómetros. Esta asombrosa migración se logró en parte a que supieron organizarse en pequeños grupos, ahora llamados “bandas”. Estas bandas primitivas recolectaban almejas y caracoles en las bajamares, atrapaban todo tipo de peces en las bahías y ensenadas, cazaban tiburones en mares profundos y, cuando así lo permitía el tiempo, mataban grandes animales marinos, como ballenas. Para complementar su alimentación comían frutos silvestres, raíces, algunos animales de tierra firme, y, en ciertos casos, llegaron a cazar mamuts. Tenían cabezas alargadas y estrechas, y poseían cuerpos fornidos y resistentes. Solían permanecer en algunos sitios durante varios días, abrigándose del frío bajo carpas o toldos que elaboraban con madera y cuero. Durante las estaciones de primavera y verano se reunían en numerosos grupos con la intención de unir lazos de parentesco, transmitir el conocimiento ancestral, intercambiar parejas, realizar festividades y adorar a sus antepasados comunes.

Puntas Clovis

PUNTAS CLOVIS

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Tigre dientes de Sable

TIGRE DIENTES DE SABLE

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Fauna 3 y 4

FAUNA 3 Y FAUNA 4

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Se decaron los lagos

SE SECARON LOS LAGOS

Hace 10 000 años la península empezó a desertificarse. A partir de entonces los arboles dejaron de brotar y el clima, cada vez más seco y caliente, provocó que se agotaran los manantiales de agua. También, los grandes animales se extinguieron o emigraron y surgieron nuevas especies como berrendos, borregos cimarrones, venados, pumas, coyotes, liebres y todo tipo de aves del desierto. Los hombres primitivos se convirtieron en expertos buscadores de agua dulce, abandonaron las gruesas vestimentas de piel y dejaron sus cuerpos al desnudo, protegiéndolos del sol con pigmentos o tierras convertidas en lodo. También cambiaron la cacería del venado a un acto ritual. El aumento del nivel del mar provocó que varara una mayor cantidad de almejas en las playas, por lo que los hombres primitivos disminuyeron la pesca y la caza en altamar. Asimismo, la aparición de matorrales y cactus les permitió desarrollar un gran conocimiento de las propiedades de las plantas, por ello aumentaron el uso de piedras de molienda. Los sitios arqueológicos asociados a este periodo, con una antigüedad de 8 000 a 10 000 años, son El Palmarito y La Pintada, en el norte del estado de Baja California Sur, e Isla Espíritu Santo y Costa Baja, cercanos a La Paz.

Se decaron los lagos

SE SECARON LOS LAGOS

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CULTURA DEL DESIERTO

CULTURA DEL DESIERTO

El desierto se asentó desde hace 7 000 años en la península, lo cual provocó diversos cambios en el comportamiento de las bandas primitivas, que empezaron a moverse por senderos cercanos a las fuentes de agua y mejoraron el acabado de las herramientas para hacerlas más efectivas, moderando así la energía que gastaban en sus actividades. Asimismo, empezaron a regirse por un agudo sentido simbólico. Cuando buscaban pitahayas en las planicies, almejas en las playas o bayas de encinos en las partes altas, pedían permiso al dios de esos sitios y lo veneraban con su visita. Para distinguirse unos de otros utilizaban adornos y pintura corporal, así como lenguas comunes. De ellas, surgieron diversos nombres tribales. Los más usuales son los de pericúes para las bandas que habitaron el sur de la península, guaycuras el centro y cochimís el norte. Los hechiceros, y en ocasiones las mujeres poseedoras de sabiduría ancestral, eran responsables de aconsejar al grupo sobre a dónde debían ir, dónde asentarse por períodos cortos y cuándo partir. Estos personajes poseían profundos conocimientos de la naturaleza y de antiguas creencias surgidas de la veneración de los astros. Sus cultos mantenían la unión de las tribus y aseguraban su supervivencia en el desierto.

ANCIANA EN SU REFUGIO

ANCIANA EN SU REFUGIO

El hombre primitivo de la península muy pocas veces habitaba dentro de cuevas. Prefería hacerlo al aire libre, en respaldos rocosos o solo en las bocas de cuevas profundas. Sin embargo, se sabe de hechiceros que algunas veces utilizaron este tipo de oquedades para ocultarse. Un ejemplo de ello se encuentra en un texto hecho por los misioneros jesuitas en el que se dice que durante una ceremonia el hechicero se ocultaba en una “madriguera” conocida como la “Cueva del Diablo”. Pero los arqueólogos han localizado poca evidencia que demuestre su uso de cuevas de manera cotidiana. En sitios muy aislados se han encontrado restos de fogatas, herramientas, adornos personales y restos de sepulturas, lo cual indica que en algún momento los naturales pudieron ocupar estos lugares como refugios ante el frío, la lluvia o para enterrar a sus muertos.

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